- Expertos internacionales destacan que en España se está cometiendo un grave error en términos de salud pública al demonizar sistemáticamente las alternativas sin humo.
- Suecia y Reino Unido tienen las tasas de tabaquismo más bajas de Europa gracias al uso de estrategias de reducción del daño
Atenas, 16 de septiembre de 2024. El doctor Fernando Fernández Bueno, cirujano oncológico del Hospital Gómez Ulla y portavoz de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, ha intervenido hoy en la VII Cumbre Científica sobre Reducción de Daño por Tabaquismo, que se celebra en Atenas, en la que participan 30 expertos de 14 países y en la que se debate sobre el potencial de estas opciones en términos de salud pública en base a los últimos estudios científicos que lo avalan.
Fernández Bueno ha formado parte del panel “Prohibición o regulación, ¿Dónde está la frontera en salud pública? en el que ha estado acompañado, entre otros, por expertos de, Grecia, Canadá, y Reino Unido de la talla de David Sweanor, Presidente del Comité Asesor y Centro de Derecho, Política y Ética de la Salud de Universidad de Ottawa o Sudhanshu Patwardhan. Director del Centro de Investigación y Educación en Salud del Parque Científico de la Universidad de Southampton.
Durante su intervención, el portavoz de la Plataforma, Fernando Fernández Bueno, ha destacado que en la lucha contra el tabaquismo es fundamental abrirse a todas las vías posibles para ayudar a los pacientes fumadores a dejar de fumar y no demonizarlas al contrario de lo que está sucediendo hoy en día en España con opciones menos dañinas como el vapeo, el tabaco calentado o los productos orales de nicotina.
“En España se está cometiendo un grave error en términos de salud pública ya que al demonizar estos productos se le está diciendo al fumador que no consigue dejar de fumar que no tiene alternativa y, en realidad se le está animando a que siga con su cigarrillo”, ha afirmado el doctor Fernández Bueno.
Y es que frente a lo que están haciendo otros países de apostar por usar estas opciones como herramientas en sus estrategias de tabaquismo con unos resultados que empiezan a ser muy positivos, en España se está yendo en dirección contraria.
En ese sentido, el doctor Fernández Bueno, así como el resto de los participantes en la mesa, expusieron como gracias a la integración de las alternativas sin humo basadas en ciencia en sus estrategias de tabaquismo, Reino Unido, Nueva Zelanda o Suecia han conseguido reducir el número de fumadores. Así, por ejemplo, en los años comprendidos entre 2013 y 2022, las tasas de tabaquismo en Suecia disminuyeron un 50%, en el Reino Unido las tasas de tabaquismo un 27%, en Nueva Zelanda un 48%, y en Japón un 33%.
Reforma de la ley antitabaco
En este contexto, el portavoz de la Plataforma ha explicado que la reforma de la ley antitabaco, anunciada por el Ministerio de Sanidad, es una buena oportunidad para incorporar propuestas que den soluciones realistas a los fumadores e incorporar las medidas que ya se han implantado en Suecia o Reino Unido de forma alentadora.
En este sentido, ha explicado las propuestas de la Plataforma ante esa futura reforma entre las que ha destacado las siguientes:
- Más impuestos para el tabaco de combustión. La lucha contra el tabaquismo debe estar centrada en combatir el cigarrillo, que es la forma más tóxica de consumir nicotina. Por eso, es imprescindible aumentar los impuestos al cigarrillo tradicional, en especial los más consumidos por los jóvenes como el tabaco de liar, con el objetivo de desincentivar su consumo que representa alrededor del 95% del consumo total de tabaco en España.
- Soluciones realistas para los fumadores. Dejar de fumar no es fácil. A la vista está que, tras 20 años de medidas de Control del Tabaco, el tabaquismo sigue siendo la mayor causa de muerte evitable en el mundo y según la propia OMS, 1000 millones de personas morirán en este siglo por su causa. Según nuestras propias estimaciones, en nuestro país más de 4,5 millones de españolas y españoles no se plantea dejar de fumar o no lo consiguen pese a haberlo intentado con los medios habituales. Por eso, las autoridades sanitarias están obligadas a ofrecer soluciones realistas, basadas en evidencia científica y adaptadas a los nuevos tiempos para aquellos fumadores que no pueden dejar de fumar con los métodos tradicionales o que no están dispuestos a dejar de consumir nicotina.
- La ciencia como la base de la lucha contra el tabaquismo. La nueva ley de tabaquismo debe estar basada en la ciencia y en datos empíricos, huyendo de juicios de valor sin base sólida o ideas preconcebidas. Existe literatura científica que demuestra el potencial de las alternativas de reducción de daño, como los cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado, los productos orales de nicotina para dejar de fumar. Cualquier debate que excluya la ciencia sólo alentará a los más de 9 millones de españolas y españoles a seguir fumando.
- Mayor protección para los menores. Es fundamental encontrar el equilibrio entre una regulación que tenga como prioridad máxima proteger a los más jóvenes, al mismo tiempo que existan los mecanismos adecuados para garantizar un acceso informado a estas opciones por parte de los fumadores adultos.
- Formación específica para los profesionales sanitarios. Existe un gran desconocimiento entre la comunidad médica sobre el potencial de los productos que reducen el daño en la lucha contra el tabaquismo. Por ello, tomando la ciencia como base, deben implementarse programas de formación para los profesionales sanitarios (tanto de la red pública, como privada) sobre las características de estas herramientas y los casos en los que pueden jugar un papel beneficioso.
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